- Posibilidad de fabricar piezas con formas complejas, ya que sólo requerirá el modelado de la madera carbonizada. Referencias 1- F. M. Varela Feria, A. R. de Arellano López, J. Martínez Fernández, "Fabricación y propiedades del carburo de silicio biomórfico: maderas cerámicas". Boletín de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio. Vol. 41, Núm. 4, Julio-Agosto 2002.
2. J. Martínez Fernández, A. R. de Arellano López, F. M. Varela Feria y M. Singh, "Procedimiento para la fabricación de carburo de silicio a partir de precursores vegetales" patente P200102278.
3. F. M. Varela Feria, "Fabricación, caracterización microestructural y propiedades mecánicas del Carburo de Silicio Biomórfico", Tesis Dpto Física de la Materia Condensada, Univ. De Sevilla, 2004.
4. M. Singh, J. Martínez-Fernández, A. R. de Arellano-López, "Environmentally conscious ceramics (ecoceramics) from natural wood precursors", Current Opinión in Solid State & Materials Science 7 (2003) 247-254. Elsevier.
5. A. R. de Arellano. López, J. Martínez-Fernández, P. González, C. Domínguez, V. Fernández-Quero, M. Singh, "Biomorphic SiC: A New Engineering Ceramic Material", Internacional Journal of Applied Ceramic Technology, Vol.1, No.1, 2004
6. F. M. Varela, A. R. de Arellano López, J. Martínez Fernandez, "Fabricación y propiedades del carburo de silicio biomórfico: maderas cerámicas", Boletín de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio, 41 (4) Julio-Agosto 2002.
Explicación de la invención
La elaboración de material cerámico biomórfico a partir de Recursos Marinos permite explorar nuevas vías de obtención de materiales cerámicos con microestructura diversa. Esta obtención se realiza siguiendo el procedimiento para la fabricación de carburo de silicio a partir de precursores vegetales patentado por la Universidad de Sevilla.
A continuación se detalla la fabricación de cerámicas biomórficas SiC utilizando como precursores algas y plantas marinas. El procedimiento de fabricación comprende las siguientes fases:
1ª fase- Selección y secado de plantas y algas
Se han determinado las características microestructurales que favorecen la infiltración (interconexión entre cavidades y canales continuos) y otras que lo impiden (poros cerrados y canales demasiado pequeños) , [1]. Para la selección se establecen dos criterios básicos: poros delimitados por paredes consistentes que soporten la estructura hasta el final del proceso, e interconectividad de esos poros para obtener tras la infiltración un material uniforme y compacto.
Para la selección de algas se prefieren las macroalgas frente a algas unicelulares o coloniales ya que se trata de materiales más consistentes con una microestructura más desarrollada y mayor porcentaje de constituyentes tales como celulosa en su composición.
Dentro de las macroalgas se prefieren las de la división Ochrophyta y dentro de ésta la Clase Phaeophyceae que son las algas pardas, su elección se debe a su gran tamaño y a que son las más desarrolladas y complejas, ya que constan entre otros sistemas de un sistema vascular que aunque primitivo es una garantía de porosidad e interconectividad de su microestructura.
Se ha comprobado que los precursores pertenecientes a la clase Phaeophyceae conducen a la obtención de SiC con características óptimas, siendo las especies seleccionadas:
Cystoseira baccata (Gmelin) Silva
Sargassum muticum (Yendo) Fensholt
Laminaria ochroleuca Bachelot de la Pylaie
Undaria pinnatifida (Harvey) Suringar
Saccorhiza polyschides (Lightfoot) Batters
Otro grupo de precursores se basa en la utilización de plantas, cuya selección nos lleva a Angiospermas monocotiledóneas. Por ser plantas que poseen un sistema vascular verdadero por lo que la porosidad e interconectividad están garantizados, la elección de monocotiledóneas se basa en que en ellas los haces vasculares se encuentran dispersos por toda la sección del tallo, y no concentrados únicamente en la sección central como ocurre en dicotiledóneas. Así se obtiene una infiltración homogénea de Silicio fundido. Las especies finalmente seleccionadas son el Juncus maritimus L. y Zostera marina L.
Una vez seleccionadas se procede a su recogida y secado. Para el secado tanto de plantas como algas, las muestras se trocean y se colocan, tras lavarlas con agua corriente, sobre papel secante, se etiquetan y se disponen para su secado utilizando un calefactor.
2ª fase-Pirólisis de plantas y algas
Antes de iniciar la pirólisis se fotografían las muestras y se determinan volumen y peso de cada una de ellas para establecer variaciones en sus dimensiones tras la pirólisis.
A continuación varias muestras se introducen dentro del tubo de alúmina y las bridas se cierran herméticamente. Se se estima necesario se hace pasar a través del tubo un caudal de Argón y se eleva la temperatura a un ritmo de entre 0.1 y 5ºC/min hasta llegar a los 800ºC-1000ºC para evitar grietas en el carbón ya que da tiempo a evacuar los vapores originados en el proceso de evaporación de volátiles. Una vez alcanzada esta temperatura el horno permanece una hora más en estacionamiento y luego se enfría a una velocidad inicial de entre 10-20ºC/min hasta la temperatura ambiente. Finalmente se pesan y se miden las piezas de carbón resultantes, preformas de carbón, que tendrán una microestructura semejante a la planta o alga precursora.
La finalidad de este proceso es eliminar todos aquellos compuestos que no forman la estructura interna para quedarnos únicamente con el carbono insoluble (celulosa y lignina) que es el que forma las membranas de los poros y dan consistencia a la muestra
3ª fase-Moldear la preforma de Carbono
Esta fase se aplica según aplicaciones concretas.
4ª fase-Infiltración con Silicio fundido
Una vez que se ha moldeado la preforma de carbón con las dimensiones finales deseadas se limpia con agua corriente para asegurarse de que los poros del carbón no queden obstruidos por los desechos del mecanizado. Se seca la preforma en una estufa a 70ºC y se mide y pesa. Las dimensiones no varían significativamente tras este proceso, pero el peso se utiliza para el cálculo estequiométrico que determinará la cantidad de silicio necesario para la muestra. La cantidad de silicio realmente añadida es entre 10-50% superior a la cantidad estequiométrica, mayor cantidad cuanto más porosa sea la preforma.
El silicio y la preforma se colocan en un crisol no reactivo como alúmina recubierta con pintura de nitruro de boro. El silicio se coloca en zonas que faciliten su infiltración en la preforma de carbón ayudado por la capilaridad a través de los poros. El crisol con los reactivos se coloca en el interior del horno de infiltración en el centro de la zona caliente. Se cierra el tubo herméticamente y se hace vacío mediante una bomba rotatoria con un enjuague intermedio de argón.
El horno se calienta por encima de la temperatura de fusión del silicio (1410ºC) , de forma que el silicio fundido sea lo suficientemente fluido como para penetrar en la preforma de carbón por efecto de la capilaridad, en este caso la temperatura alcanzada 1550ºC. A esta temperatura se llega con una velocidad de calentamiento de 2-10ºC/min, un tiempo de permanencia en la temperatura de entre 5 y 60 minutos y una velocidad de enfriamiento de 10-20ºC/min. Así se garantiza un efecto mínimo de choque térmico.
A continuación se extrae la cerámica del horno, que posee una microestructura semejante a la de la especie de planta o alga precursora.